Lic. Santiago F. Silva García
Noel Cabrera Pérez
En el mes de octubre de 1982, el Grupo Caonao de la Sociedad
Espeleológica de Cuba, fundado el 9 de octubre de 1978 y dirigido por el
Licenciado en Física y Astronomía Santiago Silva García, acuerdan desarrollar
un ciclo de tres caminatas, de 59 km de recorrido total, en homenaje a la
Jornada Ideológica Camilo – Ché, denominada “De la Colonia a la Sierra”.
En el diario de la segunda caminata, del domingo 17 de octubre de 1982,
uno de los miembros del referido grupo señalaba:
A la
mañana siguiente nos levantamos a eso de las 6: 00 am. Cerca de aquí hay un
naranjal que visitamos temprano antes de lavarnos la cara. Inmediatamente
después fuimos para casa del primo de Leonardo Rojas [“El Ruso”], [Lámina 1].
Se dice
que en esta zona existe una gran cantidad de fósiles. Al primo de
Hugo le
interesa de cierta forma esto, por lo que ha recogido diversos y variados
fósiles, entre los cuales se aprecian gran cantidad de conchas y caracoles.
Desayunamos y luego Silva nos dio una pequeña explicación acerca de cómo guiarse con un mapa y los
requisitos muy indispensables para ello.
Partimos
de la casa hasta llegar a una torre [Fotos 2-4]; la cuál le denominé ”La Torre
de Cayajaca”, nombre que le doy a este diario, allí cada uno dibujó una cara de
la torre (Lámina 5)[1].
Fue así como se pintó por primera vez y se descubrió para la historia
esta maravillosa joya de la arquitectura colonial del
siglo XIX en Cabaiguán. Inmediatamente comprendimos su alto valor histórico, su
construcción arquitectónica única, que la diferenciaba de otras edificadas en
otras regiones de la provincia de Sancti Spíritus y el país, así como de la
necesidad de su restauración por constituir un inmueble con un significativo
valor patrimonial.
A partir de ese momento, el Grupo Caonao proyectó una serie de trabajos
de investigación arqueológica, de divulgación de sus valores, que comenzaría a
dar sus primeros frutos a partir del año 1984.
En ese año se presenta el trabajo, en el Coloquio de la Cultura
Cabaiguanense, La torre de Yero. Rescate
de uno de los componentes de nuestro patrimonio cultural[2]. (Lámina 6).
Esta investigación obtiene el Segundo Lugar y constituye la primera
indagación que se realiza de la torre de Yero. La investigación recoge las
circunstancias en la que se conoció de su existencia. Se brindan además algunos
apuntes históricos sobre el municipio de Cabaiguán, los elementos constructivos
que componían la hacienda "Jesús, María y José" y una descripción
arquitectónica y los elementos
constructivos, concluyendo que la misma era la única de su tipo en Cabaiguán,
recomendándose que:
Apoyándose en lo establecido en el Decreto Ley # 55 del Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros de la República de Cuba, sobre el Reglamento
para la Ejecución de la Ley de los Monumentos Nacionales y Locales.
Que se eleve a la Comisión Provincial de Monumentos la propuesta de que la Torre de Yero sea declarada Monumento Local; atendiendo a lo expresado en su capítulo VI, artículo 30, del referido documento; el cual expresa:
La declaración de Monumento Nacional o Monumento Local se hará atendiendo al valor o valores que el mismo presenta en los aspectos histórico, ambiental, natural o social.
Que se eleve a la Comisión Provincial de Monumentos la propuesta de que la Torre de Yero sea declarada Monumento Local; atendiendo a lo expresado en su capítulo VI, artículo 30, del referido documento; el cual expresa:
La declaración de Monumento Nacional o Monumento Local se hará atendiendo al valor o valores que el mismo presenta en los aspectos histórico, ambiental, natural o social.
Los primeros trabajos de investigación arqueológica son
ejecutados por el Grupo Caonao en el año 1988. Según Silva (2007) [3]:
Estos hallazgos se producían con posterioridad a la culminación
del Curso de Arqueología Colonial (año 1988), [impartido
por el Máster en Arqueología Alfredo Rankin Santander y la Licenciada Silvia
Teresita Angelbello Izquierdo]. De inmediato nos
dimos cita miembros del Grupo Caonao con investigadores del Museo Provincial de
Historia y del Museo Municipal de Cabaiguán. El objetivo de este encuentro era
extender una invitación a éstos últimos para que participen en los trabajos de
campo que llevaríamos a cabo, con vista a localizar los cimientos de las
restantes construcciones o edificaciones que formaron parte de de la hacienda
"Jesús, María y José".
Entre sus resultados más significativos estuvo haber
ratificado que las instalaciones de la hacienda habían sido quemadas por el
Ejercito Libertador Mambí, al encontrar huellas de hollín en los lugares donde
presumiblemente debieron existir ciertas molduras de madera en la torre y el
hallazgo de carbón vegetal en el interior de un arco metálico de coche y en la
habitación contigua, junto a fragmentos de madera quemada, en la parte de la
casa vivienda excavada (Lamina 7).
Con posterioridad en 1991 Silva et.
all.[4] dan a conocer los resultados del estudio La torre de Yero. Elementos constructivos y
arquitectónicos para su restauración, donde establecen una valoración de
los mismos, la pintura (Lámina 8), tipos de ladrillos usados para su
edificación (Lámina 9), entre otros elementos de interés (Lámina 10),
concluyendo que:
- La no existencia de evidencias relacionadas
con la industria azucarera o de documentos que confirmen -hasta el
presente- que hubo tales instalaciones, permiten descartar la posibilidad
de que la torre haya estado vinculada a tal actividad económica; por lo
que su construcción debió tener una motivación probablemente religiosa,
ornamental, o ambas a la vez.
- Se comprobó que en la hacienda se produjo un
incendio de grandes proporciones, el cual provocó afectaciones en la
torre; así como la destrucción de la casa de vivienda y otras
instalaciones aledañas.
- La construcción de la torre debió estar
enmarcada cronológicamente en el siglo XIX (finales de la primera mitad o
comienzos de la segunda); según los resultados obtenidos del análisis de
las evidencias arqueológicas colectadas en superficie próxima a ésta y a
la casa de vivienda.
- Desde el punto de vista arquitectónico, se
parecían elementos que responden por sus características estilísticas a
diferentes órdenes; por ejemplo: el fuste de las columnas, liso y sin
acanaladuras (toscano) y la forma del capitel, cuadrado y simple (Dórico),
(Lámina 11).
El 26 de octubre de 1986, Manuel Echevarría Gómez,
periodista del periódico Escambray entrevista a Santiago Silva, Orlando Álvarez
y María B. Cruz, publicando el artículo La
torre de Yero: Testigo mudo de la esclavitud, después de cien años de su
abolición. Más de un siglo de existencia amenaza con perderla definitivamente; donde aborda los trabajos ejecutados por el Grupo Caonao hasta ese momento, sobre todo lo relacionado con la referida edificación (Lámina 12).
Pese al encomiable empeño del Grupo Caonao y de otras instituciones, como
el Museo General Municipal de Cabaiguán y a pesar de haber informado a las
diferentes instancias, en cuyo accionar estaba la restauración de la torre de Yero, ésta nunca se realizó.
En la década de los años 90, diferentes factores de carácter objetivo y
subjetivo, además de la implantación en Cuba del Período Especial; que
agudizaron radicalmente los problemas de todo tipo en la sociedad cubana del
momento, provocaron su olvido involuntario.
______________________________________________
Referencias.-
[1] Orlando Álvarez de la Paz: La torre de Cayajaca, en: Diario de las tres caminatas, p. 9.
[2] Santiago Silva
García, Orlando Álvarez de la Paz y María Berenice Cruz Martín: La torre de Yero. Rescate de uno de nuestros
componentes del patrimonio cultural, 1984.
[3] Santiago Silva
García: En busca del pasado. Secreto
oculto bajo la tierra, en: Blog Gente,
Cosas y Valores, 2007.
[4] Silva García,
Santiago, Orlando Álvarez de la Paz, Rey S. Fernández y Luz I. Vázquez: La torre de Yero. Elementos constructivos y
arquitectónicos para su restauración, en: Cohíba, Boletín del Grupo Caonao,
p. 6, Cabaiguán, 1991.
email: ssilva@cubaarqueologica.org
CONTINUARÁ... [ Parte 2]
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