miércoles, 6 de junio de 2007

LA TORRE DE YERO.-Rescate de uno de los componentes de nuestro patrimonio cultural.


Agradecimiento

-A Segundo González Cruz, Zoila González del Toro y Angel Duarte, antiguos propietarios de la finca "Jesús, María y José", por la valiosa información brindada para el resultado de esta investigación.

-Al campesino Eloy Rojas, por las atenciones prestadas durante la estancia en el lugar.

-A Carlos Abreu, del Departamento de Historia Provincial, por las facilidades y el apoyo dado durante las consultas bibliográficas realizadas en la institución.

-A los miembros del grupo CAONAO y a los investigadores Domingo Corbea Álvarez y Rey Fernández Corral, del Museo Provincial de Sancti-Spiritus y Municipal de Cabaiguán; respectivamente, que participaron en los trabajos de campo en el área objeto de estudio y que con su esfuerzo y constancia hicieron posible esta investigación.


Autores:-

Santiago F. Silva García (1)
Orlando Álvarez de la Paz (2)
María Berenice Cruz Martín (3)

(1) Lic. en Física y Astronomía
Arqueólogo aficionado

(2) Ing. en Sanidad Vegetal
Arqueólogo aficionado

(3) Lic. en Biología
Investigadora docente


Introducción

En el mes de octubre de 1982 el grupo CAONAO, de la Sociedad Espeleológica de Cuba, inicia una campaña para la detección y rescate de objetos e inmuebles de carácter museables, que pudieran engrosar las salas del museo polivalente de Cabaiguán; próximo a inaugurarse . Para ello se realizaría una travesía de alrededor de 59 km, teniendo en cuenta un itinerario donde se haría escala en diferentes lugares de interés histórico y cultural para dialogar con los pobladores que pudieran dar testimonio acerca de hechos acontecidos o vinculados a viejas edificaciones de tipo colonial. Así fue que conocimos de la existencia de la Torre de Yero; la cual nos llamó poderosamente la atención, motivándonos, a partir de esos momentos a investigar todo lo que pudiéramos en relación con la misma. Dicha tarea no resultó fácil, no sólo por las pocas personas que pudieran dar información al respecto; sino también por la escasa bibliografía que hacía referencia tan siquiera a la hacienda donde estaba erigida la torre.

Las contínuas visitas a la zona de Cayajaca, unidas a una minuciosa exploración, posibilitó profundizar aún más en el conocimiento relacionado con la hacienda y las demás construcciones que integraban este conjunto indisoluble de una época preñada de brotes de rebeldía, que condujeron al ulterior derrumbe del régimen esclavista en Cuba.

El presente trabajo reviste para nosotros gran importancia e interés por la dedicación y empeño puestos en su realización; además del fin que persigue hoy al ponerlo en vuestras manos: "invocar el apoyo de todos para que no desaparezca para siempre este legado cultural".

Hemos tenido muy en cuenta al describir algunos acontecimientos históricos relevantes de nuestro municipio -obtenidos al consultar la obra Historia de Cabaiguán, del historiador Rogelio Concepción- y otros apuntes devenidos de las entrevistas realizadas, para que se pueda ubicar el lugar u objeto de estudio dentro del contexto histórico.


Algunos apuntes históricos sobre el actual municipio de Cabaiguán

Con posterioridad a la conquista de la isla de Cuba por los españoles, muchas tierras fueron mercedadas. Las tierras de Cabaiguán entran entonces a formas parte de un hato; el cual tuvo como primer dueño a Bartolomé Jiménez, abuelo de la terrateniente María Jiménez. La fecha en que fue mercedada se desconoce (Concepción, 1981).

Con el decursar del tiempo se ha vislumbrado un desarrollo económico paulatino en la zona, dedicándose la mayoría de las tierras a los cultivos de la caña de ázucar, el café, el tabaco y a la ganadería.

La aparición de plantaciones de caña de ázucar motivó el surgimiento de una industria azucarera en aumento. No obstante -en 1791- las fincas que se titulaban ingenios, en realidad no pasaban de trapiches; en que la dotación de esclavos era cuando más de diez y ocho. En esa misma fecha, Cayajaca ya era una hacienda, contando la misma con 67 caballerías.

Al finalizar la Guerra de Independencia muchas fincas se encontraban en un lamentable estado de abandono, otras entraban en un proceso de reconstrucción, figurando entre éstas la hacienda Cayajaca.

El 10 de julio de 1900 esta hacienda -ahora bajo el nombre de "Jesúa, María y José"- pasa a manos de la Havana Comercial Company.


La hacienda "Jesús, María y José"

Esta contaba con una casa de vivienda, además de otras construcciones aledañas, creadas para diversos fines o funciones; en las que se ha mantenido el mismo estilo propio de la época. En la parte frontal existía una cerca o muro de ladrillos de 1 m, aproximadamente, de altura y 0,40 m de espesor y en el que se hallaba una verja de hierro, que servía como entrada principal a dicha hacienda. Paralelamente a este muro y a sólo 2 m se extiende el antiguo camino de Santa Cruz, que servía como vía de comunicación con la ciudad de Sancti-Spiritus.


Entre las construcciones que debieron formar parte de la hacienda figuran un pozo de brocal, situado al NE y a 28 m de la casa de vivienda actual y cuyo diámetro es de 3m. Actualmente se encuentra parcialmente relleno por escombros y desperdicios orgánicos, en su mayoría, que fueron lanzados al mismo intencionalmente.

Tomando el pozo como punto de referencia y en la misma dirección, aparecen ladrillos que conforman los cimientos o zapatas, posiblemente de lo que fueron barracones de esclavos; al igual que otros similares dispuestos perpendicularmente a los primeros, pero algo más próximos a la casa de vivienda.

Con relación a esas construcciones, Ángel Duarte -uno de los propietario que tuvo la finca- nos contaba en una entrevista efectuada:

-"Mucho antes de yo vivir allí, existían tapias de alrededor de 6 m de altura, formando cuartones cuadrados de más o menos 5 m de lado. Eran cerca de 10 los cuartones y habían argollas colocadas fuertemente en las paredes. Los ladrillos fueron extraídos; construyéndose con ellos el cuartel de la Guardia Rural, en Guayos, en el año 1940."

Se observan vestigios de un pequeño secadero de café, que por sus dimensiones pudo ser utilizado para secar el café que se consumía en la hacienda.

Ninguna de estas deshechas construcciones impresiona tanto como la vieja torre; que aún se yergue entre los árboles. Esta torre, conocida por los habitantes del lugar como Torre de Yero y de la cual muchos ignoran su existencia, posee gran valor desde el punto de vista arquitectónico e histórico.


La Torre de Yero

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Esta construcción -principal objetivo de estudio de la presente investigación- está ubicada a 160 m del antiguo camino a Santa Cruz, a 400 m del río Tuinucú y a 7,5 km., al sur del poblado de Cabaiguán.

La torre se eleva sobre una roca sedimentaria que le sirve de base.

La edificación se sostiene sobre cuatro pilastras o columnas de sección cuadrada, de 0,50m de lado X 4,68 m de alto.

En perfecta armonía y propio del estilo arquitectónico de la época, resaltan las arcadas: conjuntos de arcos, distribuidos sistemáticamente y a dos niveles. El primer nivel a 2,68 m de la base y conformando en su parte superior una capa de ladrillos, dispuestos cuidadosamente por sus caras laterales, para proporcionar un mayor grosor y solidez a dicha capa. El segundo nivel, situado a 2 m del anterior y en el que sobresalen las cornisas, rematando la parte superior de las pilastras. Sobre este segundo nivel o conjunto de arcos se ha dispuesto el alquitrabe, en el que descansa una segunda cornisa de mayor voladizo que la anterior. Tanto el primero como el segundo nivel tienen practicado un orificio; el cual fue logrado mediante la supresión de varios ladrillos que permitían la disposición de una cuerda-que atada al martillo- posibilitaba al halar de ella, golpear la campana.

Finalmente, cuatro columnas de 3, 31 m de altura cada una rematan esta obra arquitectónica en su parte más alta o superior y a su vez coronada por los capiteles, dos de los cuales presentan fracturas.

Las columnas servían de apoyo o sostén a la pesada campana de bronce; la cual fue donada hace muchos años a la iglesia La Caridad, de la ciudad de Sancti-Spiritus. La mencionada campana, colgaba de dos arcos, que partiendo de las columnas -al cruzarse- posibilitaban disminuir el esfuerzo provocado por el peso de ésta.

En cuanto a la cúpula y según los testimonios de los entrevistados, consistía más bien en un techado en forma piramidal; destruído por el impacto de una descarga atmosférica, hace más de 25 0 30 años.

Si de alguna cosa se maravilla algún visitante es de que; para la construcción de la Torre de Yero sólo se emplearon ladrillos de diversas formas y grosor, unidos por medio de una mezcla de cal y arena, revestida además, por una capa de 7 mm de espesor, elaborada del mismo material; el cual se ha ido desprendiendo y erosionando por las inclemencias del tiempo.


Conclusiones

Si hiciéramos un balance de las edificaciones construidas en el siglo pasado en nuestro municipio, comprenderíamos que quedan escasos vestigios de algunas de ellas, en primer lugar, por el insignificante desarrollo urbanístico de Cabaiguán en aquella época y en segundo lugar porque en la mayoría de los casos se empleaba la madera como materia prima; lo cual motivaba su ulterior deterioro con el transcurso de los años.

La Torre de Yero es una de las pocas construcciones coloniales de importancia arquitectónia -por no decir la única- en este municipio. No obstante de los aspectos de carácter estéticos y armónicos que se intentaron exaltar en el conjunto de las edificaciones de la hacienda "Jesús, María y José", es inobjetable que la torre fué construida con un fin o función específica, supeditado muy probablemente por las condiciones siguientes:
a)- La hacienda contaba con una gran extensión de tierras o plantaciones.
b)- La altura de los denominados cuartones o barracones era aproximadamente de 6 m.
c)- Como la torre sostenía en su parte más alta la campana; la cual se debía hacer tocar como aviso a los esclavos y demás personal que laboraban en las plantaciones, para lograr este acometido era imprescindible que estuviese ésta a una altura superior a la de las construcciones que la circundaban y así no habrían entonces obstáculos que impidiesen la propagación del sonido hasta las zonas más apartadas de la hacienda.

A pesar de tener más de un siglo de existencia, la Torre de Yero aún se mantiene en pie, deteriorándose cada día más y en forma acelerada.Sus columnas amenazan con desplomarse irremediablemente, si no se adoptan medidas con urgencia; por lo que debe ser un deber ineludible de quien se sienta comprometido con el rescate de este monumento arquitectónico, hacer esfuerzos ingentes porque se conserve como patrimonio cultural para la nuevas generaciones.


Recomendaciones

Apoyándonos en lo establecido en el Decreto Ley # 55 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de la República de Cuba, sobre el Reglamento para la Ejecución de la Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, recomendamos:

-Que se eleve a la Comisión Provincial de Monumentos la propuesta de que la Torre de Yero sea declarada Monumento Local; atendiendo a lo expresado en su capítulo VI, artículo 30, del referido documento; el cual expresa:

La declaración de Monumento Nacional o Monumento Local se hará atendiendo al valor o valores que el mismo presenta en los aspectos histórico, ambiental, natural o social.


Referencias y Bibliografía

.Concepción, Rogelio(1981):Historia de Cabaiguán (inédita).

.Weis, Joaquín E (1979): Arquitectura Colonial Cubana, editorial Letras Cubanas, Ciudad de La habana, Cuba.

.___________________(1978):Provincia de Sancti-Spiritus, editorial Oriente, Santiago de Cuba.

.___________________(1979):Decreto Ley # 55 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de la Repúbkica de Cuba. Reglamento para la Ejecución de la Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, Ciudad de La Habana, Cuba.

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NOTAS ACLARATORIAS:- Esta investigación acerca de la Torre de Yero constituye la primera que se realiza en relación con esta edificación colonial (1984). La información documental contenida en la misma posibilitó el dar a conocer su existencia en un Coloquio de la Cultura Cabaiguanense, obteniendo en esta oportunidad el segundo lugar dentro de las ponencias presentadas; además se elevó a la Comisión Provincial de Monumentos la propuesta para que dicha construcción pueda ser declarada Monumento Local.

El 20 de octubre de 1986, Manuel Echemendía Gómez, periodista del periódico Escambray, de Sancti-Spiritus; se entrevista con los autores de la investigación y sale entonces a la luz el artículo: "La Torre Yero: testigo mudo de la esclavitud después de cien años de su abolición" con un subtítulo a continuación que expresa: "Más de un siglo de existencia amenaza con perderla definitivamente".
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Copyright: Santiago F. Silva García
Orlando Álvarez de la Paz
María Berenice Cruz Martín


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